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martes, 6 de diciembre de 2011

El enigma de las nieves: el Yeti

Perdido en las cordilleras del Himalaya habita uno de los críptidos más famosos del mundo: el Yeti. Junto con el Monstruo del Lago Ness y su primo americano el Bigfoot constituye una especie de trinidad de lo desconocido, estando presentes en multitud de manifestaciones de la cultura popular tanto en películas, como en series de televisión como en merchandising. 

Y al igual que con el monstruo lacustre escocés y el gigante peludo norteamericano, todas las expediciones que han ido a capturarlo o a traer pruebas fehacientes de su existencia han fracasado. Muchos de los que creen en el Yeti, presentan como pruebas fehacientes de su existencia algunas reliquias como cuero cabelludo, manos y pies que son custodiadas en templos budistas como reliquias. Sin embargo, estudios de ADN posteriores han demostrado que estas supuestas reliquias pertenecen a animales bien documentados por la ciencia como el Oso Pardo del Himalaya (Ursus Arctos Isabellinus) o el Marjor (Capra Falconeri).

jueves, 24 de noviembre de 2011

El Tilacino, ¿clonación o supervivencia?

El Tilacino (Thylacinus cynocephalus), también conocido como Tigre de Tasmania o Lobo Marsupial formaba parte de la inmensa riqueza zoológica de Australia. Se trataba del gran depredador de la fauna australiana una vez extinguidos las grandes presas de las que se alimentaban los grandes predadores. Pese a que su aspecto pudiera hacernos pensar que este animal está emparentado con animales como el Lobo (Canis Lupus) o el Coyote (Canis Latrans) lo cierto es que estaba estrechamente emparentado con los marsupiales como el Koala (Phascolarctos Cinerus) o el único marsupial carnívoro que ha llegado hasta nuestros días: el Demonio de Tasmania (Sarcophilus Harrisii).

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Desmontando el Unicornio

La Dama y el Unicornio

En Unicornio se ha considerado uno de los animales mitológicos más recurrentes en historias de fantasía y ficción. Su sola mención nos transporta a una época “idílica” del Medievo, repleta de magia, caballeros errantes, princesas y animales fantásticos.
Sin embargo, la realidad es muy diferente.

¿Existió el Unicornio? En este artículo intentaremos exponer razones de porque no pudo existir una especie animal propia con las características anatómicas del unicornio.

Primero, ¿Qué es un Unicornio?
 
El Unicornio es una criatura con apariencia de caballo blanco, con patas de antílope, barba de chivo, y un cuerno espiral en su frente. En las representaciones modernas, sin embargo, es idéntico a un caballo, sólo diferenciándose en la existencia del cuerno mencionado.

La primera referencia al unicornio data del año 400 a. C. y son del médico griego Ctesias, también historiador. Durante sus expediciones a la India encontró un animal al cual describió como un animal silvestre de la India con la apariencia de un caballo, pero con el cuerpo albo, la cabeza púrpura y los ojos de color azul intenso. El cuerno de esta prodigiosa bestia, según la descripción de Ctesias, era negro con la punta roja y la base blanca, y tenía propiedades medicinales que permitían sanar problemas estomacales, epilepsia o envenenamientos.

Criptozoología. Una breve introducción


La Criptozoología (del griego "cryptos", oculto; "zoos", animal y "logos", estudio) es la ciencia que se dedica a estudiar los animales que están ocultos a los ojos de la ciencia (los cuales son llamados por los criptozoólogos como "críptidos") y de los que se tiene evidencia que puedan existir o no a través del folklore de las gentes que viven en la zona. Es una disciplina ecléctica que requiere del que la estudia conocimientos de biología, zoología, paleontología, antropología y por supuesto, las lenguas de los lugareños.

La Criptozoología tiene su origen en una obra publicada en 1892 por el zoólogo holandés Anthonis Cornelis Oudemans y que se titulaba "La Gran Serpiente Marina", donde recogía cientos de avistamientos de este animal por marineros de todo el mundo. La acogida del libro fue bastante fría por parte del público en general. Y no por que las gentes del S.XIX fuesen racionalistas al extremo, sino más bien todo lo contrario: las gentes del S.XIX estaban ansiosos por nuevos descubrimientos en cualquier campo de la ciencia, a lo que debemos de unir una desaforada curiosidad por lo desconocido, en concreto por todo lo que tuviera que ver con fantasmas, mediums y sesiones espiritas donde esos espectros cobraban vida propia. Para no alejarnos del tema que nos ocupa: el europeo o el norteamericano del S.XIX estaba muy interesado por los temas paranormales, pero preferían los espectros de desdichadas amantes a los monstruos marinos. La obra de Oudemans pasó sin pena y sin gloria hasta la aparición de "Tras la pista de animales desconocidos" del zoólogo belga Bernard Heuvelmans.